Jose Batlle y Ordóñez...su Legislación social.
1914
Montevideo
Batlle
Escribe artículos calumniando a los
santos y pronuncia discursos atacando al negocio de venta de terrenos en el Más
Allá. Cuando asumió la presidencia de Uruguay, no tuvo más remedio que jurar
por Dios y por los Santos Evangelios, pero en seguida aclaró que no creía en
nada de eso.
José Batlle y Ordóñez gobierna
desafiando a los poderosos del cielo y de la tierra. La Iglesia le ha prometido
un buen lugar en el infierno: atizarán el fuego las empresas por él
nacionalizadas o por él obligadas a respetar los sindicatos obreros y la
jornada de trabajo de ocho horas; y el Diablo será el macho vengador de las
ofensas por él infligidas al gremio masculino.
—Está legalizando el libertinaje
—dicen sus enemigos, cuando Batlle aprueba la ley que permite a las mujeres divorciarse
por su sola voluntad.
—Está disolviendo la familia —dicen,
cuando extiende el derecho de herencia a los hijos naturales.
—El cerebro de la mujer es inferior
—dicen, cuando crea la universidad femenina y cuando anuncia que pronto las
mujeres votarán, para que la democracia uruguaya no camine con una sola pierna
y para que no sean las mujeres eternas menores de edad que del padre pasan a
manos del marido.
Eduardo Galeano en Memorias del Fuego III.
El Uruguay a comienzos del siglo XX: la época batllista.
Un país próspero
El siglo XX empezó con buenas
perspectivas para Uruguay. Europa compraba las carnes y las lanas a
buen precio y la balanza comercial dejaba saldos favorables. Los
europeos pagaban en oro o libras esterlinas (moneda inglesa);
monedas fuertes que enriquecían las reservas del país.
El desarrollo de la industria frigorífica,
que producía carne congelada y enfriada, permitió a los productos
uruguayos entrar en el mercado mundial, que también estaba en un
buen momento. El 90 % de las exportaciones provenía de la ganadería.
También otras industrias mostraban
crecimiento. Muchos talleres se habían convertido en fábricas y empezaron a
abastecer el mercado interno de artículos básicos, como
alimentos, bebidas y vestimenta. El impulso de algunos hombres de empresa —que
promovían la construcción de viviendas para las clases medias y populares—
alentó la industria de la construcción, la herrería y la carpintería.
Cambios
sociales
La sociedad uruguaya presentó importantes
cambios en los primeros treinta años del siglo. La inmigración
continuó, pero a ritmo menos acelerado. De todos modos, casi una quinta
parte de la población era extranjera. Los inmigrantes se iban integrando
progresivamente a la tierra que los había acogido, enriqueciéndola con sus
costumbres y tradiciones.
Aunque la población seguía creciendo, descendieron los índices de natalidad y mortalidad. Por un lado, las familias tenían menos hijos y, por otro, el fin de las guerras civiles y la mejora de las condiciones higiénicas permitieron reducir el número de muertes tempranas. De todos modos, los jóvenes eran la mayoría de la población.
Otro rasgo que marcaba una característica demográfica de
Uruguay era la concentración de población en Montevideo, donde a
principios de siglo vivía casi la tercera parte de los habitantes.
Diferencias de riqueza:
-Clases altas (4,5 % de la población): grandes
estancieros; grandes comerciantes, algunos industriales, gerentes de empresas
extranjeras.
-Clases medias (+ 40 % de la población): pequeños y
medianos propietarios rurales, dueños de pequeños comercios y talleres, algunos
trabajadores.
-Clases populares (+ 55 % de la población):
obreros, artesanos, trabajadores a jornal, soldados.
1- Sin copiar del texto (en tus
palabras) ¿qué características destacarías (te resultan más llamativas) de la
situación económica y social del Uruguay de comienzos del siglo XX?
Una
democracia imperfecta
José Batlle y Ordóñez fue electo presidente en 1903. Pocos días después
se produjo el alzamiento del caudillo blanco Aparicio Saravia. El
movimiento se inició por un desacuerdo del Partido Nacional (o Blanco) con la
forma en que Batlle había elegido a los jefes políticos. La causa de fondo, sin
embargo, era muy antigua.
En aquel entonces, según la Constitución de 1830, el partido que perdía las elecciones no tenía la cantidad de diputados y senadores que le correspondía de acuerdo a los votos que había sacado. En este caso, el Partido Nacional era minoría y quería larepresentación proporcional. También reclamaba el voto secreto, porque la presencia de los jefes políticos —elegidos por el gobierno— presionaba a las personas al momento de votar. En tercer lugar, quería eliminar el fraude electoral, que era frecuente. A veces, al contar los sufragios… ¡había más votos que votantes! Todo esto mostraba una democracia aún imperfecta.
De acuerdo a la Constitución de 1830, no tenían
derecho al sufragio las mujeres, los extranjeros, los analfabetos, los peones a
sueldo, los vagabundos, los soldados… Esto significaba que solo una pequeña
minoría elegía al gobierno. En las elecciones de 1903, por ejemplo, votó un 5 %
de la población.
La
última guerra civil
Hubo un alzamiento blanco en 1903 que
duró unos pocos días y terminó con el Pacto de Nico Pérez,
pero en 1904 se produjo una nueva insurrección, mucho más
grande, que se transformó en una guerra civil.
Un testimonio de la época:
«¿[…] Por qué la guerra encuentra en
este país [Uruguay] un ambiente favorable? En primer término, porque la mayoría
de la gente no tiene hogar y lleva una vida nómada. Mejor que ganar ocho pesos
por mes es lanzarse a una aventura que dura unos meses y ganan más y comen
mejor.» (Luis Mongrell, 1911)
El Directorio del Partido Nacional estaba formado
por hombres ilustrados —los «doctores»—, pero los combatientes fueron
acaudillados una vez más por Aparicio Saravia. Casi 20.000 hombres lo
siguieron; gauchos y paisanos que poco sabían de leyes, pero eran fieles al
caudillo y esperaban que la revolución aliviara en algo la miseria en que
habían quedado tras el alambramiento de los campos. Como eran excelentes
jinetes, desafiaron al ejército del gobierno que contaba con 30.000 soldados y
buenas armas.
A lo largo de nueve meses hubo victorias y derrotas
en los dos bandos. Las batallas fueron sangrientas. En una de ellas, en
Masoller, Saravia fue alcanzado por una bala perdida y, días
después, murió en Brasil.
Tras su muerte se firmó la Paz de
Aceguá, en setiembre de 1904. Allí se estableció la amnistía para
los sublevados y el compromiso de reformar la Constitución para permitir la
participación de las minorías en el gobierno.
Contesta con un compañero. Intercambien ideas y lleguen a una puesta en común.
3- ¿Por qué se dio la revuelta de Aparicio Saravia?
4- Una de las aspiraciones de los revolucionarios
blancos era el voto secreto. ¿Por qué querían eso?
Un
presidente con proyectos
Con la victoria en la guerra, el poder del
Gobierno se fortaleció.
A lo largo de sus dos presidencias (1903-1907 y
1911-1915) Batlle impulsó importantes reformas económicas y sociales.
Entre uno y otro período de gobierno, mientras ocupaba la presidencia Claudio
Williman, Batlle realizó un largo viaje a Europa, donde observó los problemas
de las sociedades más desarrolladas. Convencido de que Uruguay era un país
joven, al volver quiso anticiparse a los problemas proponiendo
leyes sociales avanzadas.
La puesta en práctica de sus ideas le ganó amigos
y enemigos. Los trabajadores fueron los más beneficiados, pero muchos
empresarios se opusieron a sus propuestas. Tampoco contó con la simpatía de los
estancieros, a quienes intentó aplicar impuestos. Además, tuvo la abierta
oposición de Inglaterra, ya que pretendió pasar a manos uruguayas las empresas
inglesas. Sus principales adversarios, sin embargo, fueron los blancos, pues a
pesar de que en la Paz de Aceguá el gobierno se había comprometido a buscar
alguna forma decoparticipación (es decir, de compartir el poder del
gobierno), Batlle defendió el gobierno exclusivo del Partido Colorado.
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